
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha enviado una carta al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para decretar la suspensión de relaciones entre la ciudad que gobierna y este país, incluido el hermanamiento que la capital catalana mantenía desde 1998 con Tel Aviv.
Hay que hacer un gesto contundente para invitar a trabajar por la paz», ha subrayado Colau, que fundamenta la decisión de su partido en las «vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos, la ocupación y la colonización ilegal de territorios palestinos contra los dictámenes de las Naciones Unidas
La comunidad judía responde
El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Lior Haiat, ha calificado la decisión de «lamentable» y en un comunicado en redes ha expresado que la medida es un «refuerzo para extremistas, grupos terroristas y antisemitas, además de estar en contra de los intereses de la ciudadanía».
La polémica decisión ya provocó el enfado Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) cuando el consistorio anunció la intención de llevarla a cabo, que emitió entonces una carta abierta dirigida a la alcaldesa en la que expresaba su «inquietud» ante lo que consideran una campaña de boicot.
Una vez aplicada la medida este lunes, la organización la ha tildado de «antisemitismo sofisticado» y señala que el Ayuntamiento no ha tenido en cuenta que Tel Aviv es una ciudad «ejemplo de convivencia, defensa de libertades, protección de las minorías y donde sus ciudadanos viven en paz sean del origen que sean».
