
Preparación para el ayuno:
En los días previos al ayuno, se recomienda tener cuidado con la bebida. La cantidad recomendada es de 2-3 litros al día.
Es posible y recomendable preparar la leche extraída en los días previos al inicio del ayuno para poder dársela al bebé en caso de que la mujer tema que el ayuno le dificulte la lactancia.
El día antes del ayuno: se recomienda comer carbohidratos complejos que se descompongan lentamente: cereales integrales (arroz integral, pan o pasta integral, trigo sarraceno, etc.) y legumbres. Evite los alimentos diuréticos (secantes) como el perejil, la salvia, la menta y la hierbabuena, las bebidas y los alimentos con cafeína (café, té verde y negro, refrescos de cola, chocolate) y el alcohol.
Se recomienda prepararse junto con la familia para una posible ayuda con el fin de facilitarle a la mujer y permitirle amamantar.
Durante el ayuno:
Se recomienda permanecer en lugares con aire acondicionado y evitar el esfuerzo físico (según la Halajá, el ayuno es más importante que la asistencia a la sinagoga).
No omita la lactancia durante el ayuno para no llegar a un estado de congestión.
Después del ayuno:
Se recomienda beber gradualmente y comer comidas pequeñas con frecuencia.
Se recomienda amamantar frecuentemente al romper el ayuno y al día siguiente, para ayudar al cuerpo a volver a producir leche en las cantidades normales (el ayuno puede reducir levemente la producción).
Se recomienda planificar el día posterior al ayuno como un día tranquilo para permitir la recuperación del ayuno y amamantar al bebé con frecuencia.
Si la madre siente una disminución en la cantidad de leche, o el bebé no aumenta de peso como se esperaba, se recomienda amamantar con frecuencia para aumentar nuevamente la producción de leche y asegurar cantidades normales de leche para el bebé. También puede extraer leche para aumentar la estimulación de la producción de leche y dársela al bebé si es necesario. Ante cualquier dificultad, puedes hablar con una asesora general de lactancia.
Estas instrucciones son generales: en situaciones complejas, se recomienda consultar a un médico y a un rabino antes del ayuno.